Empezando a gatear

Mi nombre es Vanessa y desde hace 10 años vivo en la ciudad de la Alhambra, las tapas, y la “mala follá”, aunque de esto último no es tan fiero el lobo como lo pintan.

Desde pequeña he sido una apasionada de la historia, el arte y la naturaleza así que Granada ha inspirado mis días con sus capítulos historicistas, antiguas construcciones y sus penibéticos rincones.

Pero lugar interesante y que no había visitado era el Cementerio de Granada, el museo al aire libre más desconocido de la ciudad, quizás por su propia naturaleza, o quizás porque no entraba dentro del recorrido turístico que ofrecía la ciudad. Así que hace algo más de un año me animé a entrar y descubrir que era lo que lo hacía tan singular. Y gracias a aquella visita hoy puedo compartir la agradable experiencia que para mí significó aquel encuentro con el arte, la vida y la espiritualidad, ¿Osado?

Después un trabajo conjunto, entre Emucesa (Empresa Municipal del Cementerio de Granada) y la aquí la escribana, esta osadía es un nuevo servicio cultural que ofrece la ciudad.

Con estas palabras sólo espero despertar cierta curiosidad en este tipo de turismo, y animar a visitar estos espacios que están presentes entre dos mundos, uno de vida y otro de muerte, dos realidades ineludibles en nuestro mundo y en nuestras vidas, y por si fuera poco además nos ilustran sobre la idiosincrasia del país o región dónde vivimos o que visitamos.

Un abrazo.